Un equipo de científicos ha hecho un avance revolucionario al desarrollar una tecnología de internet inalámbrica que promete ser 9.000 veces más rápida que las redes 5G actuales. Esta nueva internet ultrarrápida puede transformar la manera en que nos conectamos en lugares con grandes multitudes, como festivales, conciertos, eventos deportivos y centros urbanos concurridos, donde la demanda de transmisión de datos es masiva y las redes tradicionales luchan por brindar un servicio de calidad.
En los últimos años, el uso creciente de dispositivos conectados, como teléfonos inteligentes, tabletas, relojes inteligentes e incluso objetos de uso personal en redes domésticas y comerciales, ha incrementado la presión sobre las redes de transmisión de datos. El Wi-Fi y el 5G, que operan en frecuencias relativamente bajas, han sido eficientes en contextos más simples, como en casa o en el trabajo. Sin embargo, en espacios con una concentración muy grande de personas, estos sistemas comienzan a enfrentar congestiones significativas, lo que provoca caídas drásticas en la velocidad de conexión e incluso interrupciones en el servicio.
En eventos con un gran público, como conciertos, festivales de música, grandes conferencias o estadios deportivos, el número de dispositivos conectados simultáneamente puede superar los miles, creando un verdadero cuello de botella en las bandas de transmisión. Esto resulta en una experiencia frustrante para los usuarios, quienes no logran enviar o recibir datos de manera rápida y eficiente. Esta dificultad se intensifica a medida que la demanda de conexiones de alta velocidad sigue creciendo, especialmente con el avance de tecnologías como el streaming de video en alta resolución, los juegos en línea y la creciente demanda de servicios en la nube.
El equipo de investigadores que desarrolló esta internet ultrarrápida reveló un estudio innovador publicado en The Journal of Lightwave Technology, en el que se explican los principios fundamentales de esta nueva tecnología. Según el Dr. Zhixin Liu, profesor sénior de UCL Electronic & Electrical Engineering y principal autor del estudio, la solución radica en la combinación de dos tecnologías ya existentes: la electrónica de alta velocidad y la fotónica de ondas milimétricas. Por primera vez, estos dos enfoques se combinaron para crear un sistema de transmisión de datos inalámbrico con una capacidad sin precedentes.
Mientras que el Wi-Fi y el 5G actuales operan en frecuencias limitadas, que varían de 600 MHz a 6 GHz, la nueva tecnología utiliza una banda de transmisión de datos que va desde los 5 GHz hasta los impresionantes 150 GHz. Esto significa que puede transportar mucha más información por segundo, sin enfrentar los cuellos de botella típicos de las redes más lentas. Esta banda ultraancha permite la conexión de múltiples dispositivos al mismo tiempo, manteniendo una alta calidad de transmisión y evitando los problemas de congestión típicos en eventos con grandes multitudes.
¿Cómo funciona esta tecnología?
La innovación central de este nuevo sistema de internet radica en la generación y amplificación de señales de radio basadas en luz. Los científicos desarrollaron una forma de generar señales a partir de dispositivos electrónicos de alta velocidad y combinarlas con generadores de señales de radio que utilizan fotónica de ondas milimétricas. Esta fusión de tecnologías permite una transmisión de datos mucho más rápida, aprovechando una banda de frecuencias más amplia.
Una de las principales ventajas de esta tecnología es su capacidad para operar en frecuencias extremadamente altas, lo que permite la transmisión de grandes volúmenes de datos de manera simultánea, sin que haya pérdida de calidad en la conexión. Además, las ondas milimétricas utilizadas por esta tecnología garantizan que la señal sea más precisa y menos propensa a interferencias externas, como el uso de otros dispositivos cercanos o incluso barreras físicas en el entorno.
De acuerdo con el profesor Izzat Darwazeh, director del UCL Institute of Communications and Connected Systems (ICCS) y coautor del estudio, esta tecnología “lleva la comunicación inalámbrica a un nuevo nivel, siguiendo los avances de las comunicaciones ópticas y de radiofrecuencia ya utilizadas en las infraestructuras de redes digitales de próxima generación”. También subrayó que la innovación permitirá una mejora significativa en la experiencia de conectividad en lugares que actualmente enfrentan grandes desafíos con la capacidad de transmisión de datos.
Aunque esta nueva internet ultrarrápida se concibió inicialmente como una solución a los problemas de conexión que se experimentan en eventos multitudinarios, sus implicaciones son mucho más amplias. La capacidad de transmitir datos a velocidades sin precedentes puede revolucionar diversos sectores de la sociedad. Las ciudades inteligentes, por ejemplo, podrán integrar esta tecnología en sus sistemas de monitoreo y control de tráfico, garantizando una comunicación más eficiente entre vehículos autónomos, sensores de tráfico y servicios de emergencia.
Además, el sector de la salud también podría beneficiarse enormemente de esta tecnología, especialmente en hospitales y clínicas que dependen de grandes cantidades de datos para el monitoreo remoto de pacientes, exámenes por imagen y telemedicina. Con una internet de altísima velocidad, será posible realizar diagnósticos en tiempo real, transmitir datos médicos con mayor precisión y ofrecer un soporte más eficiente a los pacientes, independientemente de su ubicación geográfica.
El sector del transporte, por su parte, podría integrar esta tecnología en sistemas de control aéreo, ferrocarriles y puertos, garantizando una comunicación rápida y eficaz entre las diferentes infraestructuras. Lo mismo aplica al sector de la manufactura, donde las fábricas inteligentes podrán aprovechar esta internet para interconectar máquinas, robots y sistemas de control, optimizando la producción y garantizando una mayor eficiencia.
¿Cuándo estará disponible esta tecnología?
Aunque todavía en fase de prototipo, los investigadores son optimistas sobre el potencial de esta nueva tecnología. Creen que, dentro de tres a cinco años, podrá ser incorporada en equipos comerciales y comenzar a ser utilizada a gran escala. Los próximos pasos incluyen perfeccionar el prototipo y realizar pruebas en situaciones reales, como grandes eventos y espacios públicos de alta densidad, para garantizar que la tecnología funcione según lo esperado.
El Dr. Zhixin Liu destacó que este desarrollo podría marcar un antes y un después en el futuro de las comunicaciones inalámbricas, y el impacto positivo de esta tecnología se sentirá en diversos sectores, desde el entretenimiento hasta la medicina y el transporte. La expectativa es que, a medida que esta tecnología se vuelva más accesible, revolucione no solo la forma en que nos conectamos en grandes eventos, sino también cómo vivimos en un mundo cada vez más conectado.
Así, el futuro de las comunicaciones está a punto de dar un salto sin precedentes, y la internet que conocemos hoy, incluso con las tecnologías más avanzadas como el 5G, pronto podría parecer una solución del pasado ante las posibilidades abiertas por esta nueva revolución digital.